Los enfoques
El enfoque de derechos humanos, hace referencia al acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño (CDN) donde se reconoce la titularidad de los derechos de toda la niñez y las obligaciones de los tomadores de decisiones y de la sociedad en general. Por su parte, el artículo 42 de la Constitución Política de Colombia, establece que el Estado y la sociedad tienen la obligación de asegurar la protección integral de la familia, los niños, niñas y adolescentes.
El enfoque poblacional busca entender las dinámicas de las sociedades para que la toma de decisiones sea pertinente y vaya acorde a las condiciones del territorio. Requiere identificar, comprender y considerar las relaciones entre la sociedad, los aspectos ambientales y los económicos, a fin de generar estrategias de desarrollo que busquen el equilibrio entre la población y el territorio.
El enfoque de curso de vida reconoce el proceso de desarrollo de las personas, las trayectoria de cada familia, y los roles que desempeña un individuo durante las diferentes etapas de la vida. En el caso de las niñas, niños y adolescentes, implica reconocer su experiencia y relación con los entornos donde viven, las relaciones con su familia y su comunidad, y los entornos culturales, sociales e históricos que marcan el transcurrir de sus vidas.
El enfoque diferencial parte de la premisa que cada persona es distinta, según sus condiciones particulares, las situaciones y contextos en los que se desarrolla. Se fundamenta en los principios de igualdad, diversidad, interculturalidad, participación e inclusión, con los cuales se hace hincapié en la necesidad que las acciones sean dirigidas a las distintas poblaciones, de acuerdo con sus diferencias individuales y colectivas.
El enfoque de género implica evidenciar y promover la transformación de las relaciones de poder que se establecen entre hombres y mujeres, asociadas no sólo a dicha condición, sino a otras como la edad, la etnia, la clase social y la orientación sexual, entre otras.
El enfoque territorial considera al territorio como un espacio que contiene y determina las relaciones entre diversos actores sociales que se interrelacionan con el propósito de adelantar proyectos, alcanzar objetivos y construir activamente su identidad colectiva. Los niños, niñas y adolescentes como protagonistas de cada territorio, se les debe incorporar dentro de los planes y compromisos de planeación para favorecer y garantizar sus derechos.